miércoles, 20 de mayo de 2009

Empresas Recuperadas

Las empresas autogestionadas por los trabajadores ¿Una nueva forma de organización económica y social? Por Sara Caputo y Laura SaavedraDe distintas maneras la población ha ideado nuevas prácticas económicas y sociales o recreado viejas modalidades para paliar la crisis de ingresos provocada por la pérdida de empleos formales. Una de ellas ha sido la decisión de los obreros de hacerse cargo de empresas que estaban a punto de cerrar, ya sea por la decisión de sus dueños, ya porque estaban en concurso preventivo o proceso de quiebra. En algunos casos la transición a otra forma legal era pacífica y consensuada con los dueños, en otros ha sido a partir de medidas de presión -tomas de fábrica, guardias en la entrada para evitar el vaciamiento, movilizaciones, etc.- para lograr ya sea una decisión favorable del juez o una ley de expropiación por parte de la legislatura local o provincial. En la mayoría de los casos los antiguos empleados/obreros se constituyen legalmente como una cooperativa de trabajo, dado que esta es una figura prevista por la ley de quiebras. El cooperativismo tiene una larga tradición en nuestro país, cuyo desarrollo ha ido conformando una institucionalidad, tanto en el ámbito gubernamental, a través del Instituto Nacional de Economía Social (INAES), como en el sector privado, a través del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos (IMFC) y la Federación de Cooperativas de Trabajo (FECOTRA), por ejemplo. Las "nuevas cooperativas", surgidas al amparo de la ley de quiebras, no siempre comparten la filosofía propia del cooperativismo tradicional, más bien están buscando nuevas formas de cooperación, gestión y organización que sea más propia a su condición de trabajadores y se diferencia más de la empresa tradicional. Algunas de las diferencias puntualizadas en entrevistas con líderes del Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas son: - Ellos reivindican una relación laboral comparativamente más democrática, que se expresa en la igualdad de las remuneraciones y en la ausencia de jerarquías administrativas y manuales en el marco del proceso de división del trabajo presente en la fábrica.- Para ellos la asamblea cumple una función de vital importancia no sólo en lo que hace a la toma de decisiones sino también como espacio de autorregulación y de búsqueda de unidad, dado que es allí donde surgen los conflictos internos y donde se resuelven los mismos. - Otra diferencia es que consideran al Consejo de Administración, instancia de dirección en el Estatuto de Cooperativas, como meramente formal, y desconocen en la práctica funciones como las de despedir socios, expulsar, sancionar o incorporar nuevos socios, ya que estas son decisiones que debe tomar la Asamblea. - Si bien las empresas recuperadas actúan como tales no buscan que los trabajadores que las conforman pasen a ser empresarios sino que ejecutan actividades empresarias entre todos en un sistema solidario. Así, los trabajadores de estas empresas orientan sus prácticas económicas, principalmente, por valores que giran en torno al cuidado del otro y al trabajo más que por las posibilidades de ganancia en dinero. Antes que nada, prefieren mantener la fuente de trabajo y el ingreso de todos los trabajadores y no emplear trabajadores en función de la rentabilidad empresaria. Un ejemplo de ello es que cuando tienen que contratar nuevo personal han preferido dar prioridad a sus familiares -hijos, cónyuges- como una manera de consolidar el compromiso que ellos han tenido con la empresa en momentos difíciles. - En este nuevo cooperativismo quienes integran las empresas son socios y en el cooperativismo tradicional no todos los integrantes de las empresas son socios dado que, generalmente, cuentan con una proporción importante de asalariados según necesidades de la empresa.- Las empresas recuperadas tienen cierta resistencia al gerenciamiento empresarial tradicional aunque sí buscan el apoyo de un cuerpo de profesionales que las asesore en aquellas tareas particulares, como, por ejemplo, las tareas contables, financieras y comerciales. En tanto que las empresas cooperativas tradicionales cuentan con cuadros gerenciales y técnicos. La búsqueda de nuevas formas de organización económica y social por parte los trabajadores de estas empresas no ha sido un proceso fácil, tal vez sea esta la razón por la cual su representación institucional se ha ido fragmentando con el tiempo. Se reconocen hoy cuatro instituciones con algunas diferencias entre sí: FECOTRA (Federación de Cooperativas de Trabajo) que históricamente representó a las cooperativas de trabajo tradicionales y hoy acompaña también a las nuevas cooperativas, FENCOOTER (Federación de Cooperativas de Trabajo en Empresas Recuperadas), que tiene un vínculo más cercano con la Administración Pública a través del INAES -Insituto Nacional de Economía Social, dependiente del Ministerio de Desarrollo Social-, el MNER (Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas) que está en relación con un sector del sindicalismo más dinámico y finalmente un grupo reducido de empresas cuyos trabajadores reclaman "la estatización con control obrero", que tienen un vínculo fuerte con partidos políticos de izquierda.Independientemente de estas diferencias, las empresas autogestionadas por los trabajadores, surgidas en estos años de crisis económica y social, se caracterizan por algunos aspectos comunes. Entre los aspectos positivos, el más relevante es que estas experiencias permiten mantener la fuente laboral de los trabajadores, cumpliendo un papel compensador ante situaciones de despido y reclamo por el mantenimiento de los puestos de trabajo. Posibilitan también la percepción de algún ingreso, ante una situación generalizada de escasa posibilidad de reinserción ocupacional para los que pierden el empleo y de ausencia de fuentes alternativas de generar ingresos en las familias de estos trabajadores. A su vez, en un contexto de deterioro de la condición salarial y probable pérdida del empleo o despido, estas experiencias han aumentado la autoestima por parte de los trabajadores bajo una nueva identidad obrero- socio.Además, las empresas recuperadas han logrado un fortalecimiento significativo de las redes sociales, no solo entre las mismas cooperativas sino también en relación con la sociedad y el Estado. Estas fábricas se abren a la comunidad articulando con las asambleas vecinales, los sindicatos, universidades, organizaciones de la sociedad civil, etc., y están generando espacios de cultura, de debate, de solidaridad que trascienden el objetivo meramente económico de la empresa tradicional. Igualmente, realizan gestiones ante el Estado e interactúan con universidades u otras organizaciones. Son muchas las experiencias para contar que dan cuenta de un nuevo proceso de reconstrucción del tejido social en el país, de las que se citan algunas. De este modo, por ejemplo, las empresas recuperadas reciben el apoyo de profesionales independientes como de aquellos profesionales insertos en actividades universitarias. Específicamente, cuentan con el apoyo de la Universidad Tecnológica Nacional para solucionar fallas y cuellos de botellas en las líneas de producción de las fábricas. También, articulan con la Facultad de Filosofía y Letras, de Económicas, de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires, entre otras instituciones académicas.Asimismo, se encuentran articulando con médicos insertos en diferentes instituciones sanitarias. En este sentido, los trabajadores de las empresas recuperadas junto con algunos médicos e integrantes de asambleas vecinales, principalmente, se encuentran diseñando un sistema de salud autogestivo, según sus propias palabras, para cubrir las carencias que tienen en la materia. Finalmente, los trabajadores que autogestionan empresas consideran como uno de los mayores logros el espíritu solidario, el colectivo de trabajadores y el compromiso con la tarea desempeñada en función de un objetivo compartido. Pero también se observan algunas dificultades en su desempeño. Una de las cuestiones más conflictivas que presentan las fábricas recuperadas, es la resolución de su situación legal, que no siempre es clara y donde se discuten cuestiones vinculadas al respeto de la propiedad privada, tanto del empresario como de los acreedores frente al derecho al trabajo de los obreros, lo que se resuelve de distintas maneras según los casos. Estas empresas se encuentran con la dificultad que no cuentan con capital de trabajo y no pueden acceder a créditos formales para poner en funcionamiento las fábricas, obtener materias primas o para realizar inversiones que les permita cierta competitividad. Por tal motivo, demandan como política activa por parte del Estado en esta materia un Fondo Rotativo con crédito a tasas de interés subsidiadas. La falta de asesoramiento y asistencia técnico- contable para afrontar la tarea empresarial es otro aspecto problemático de las empresas recuperadas. En el mismo nivel se encuentra la falta de información sobre programas de apoyo para mejorar la calidad y la competitividad de los productos o servicios y la falta de capacitación en marketing y publicidad para llevar adelante la tarea de comercialización y diversificación. De todos modos, muchas de las fábricas recuperadas se encuentran recibiendo asistencia técnica por parte de profesionales y estudiantes universitarios.Igualmente, las empresas recuperadas presentan dificultades económicas para poder pagar los impuestos. De allí que demandan al gobierno la exención o la prórroga de tasas e impuestos. Esto puede plantear un tema de equidad con otras pequeñas y medianas empresas que son gestionadas por sus dueños. Por otro lado, algunas de estas empresas presentan inconvenientes para resolver conflictos internos cuando se encuentran en un momento de crecimiento económico en las que hay que tomar decisiones importantes en tiempos cortos. De esta forma, así como son muchas las experiencias positivas que giran en torno a las fábricas recuperadas también son muchas las dificultades que presentan, siendo necesario delimitar y jerarquizar estas problemáticas a la hora de apoyar esta nueva forma de organización económica y social. No cabe dudas de que los dos nudos críticos más importantes de las fábricas recuperadas son: la indefinida situación legal que presentan y la necesidad de recursos económicos, ya para poner en marcha la nueva cooperativa, ya para el normal desenvolvimiento de la empresa en el mediano y largo plazo. De hecho, la resolución por parte del Estado de estos dos nudos críticos constituye un pedido concreto de los trabajadores de las empresas recuperadas.Al respecto, desde el Estado son varias las instancias gubernamentales, en sus distintos niveles (nacional, provincial y municipal), que se encuentran involucradas en el tema de las empresas recuperadas, buscando regularizar la situación legal de las mismas, acordando algún subsidio económico o cierta capacitación, entre otros aspectos. Aunque, cabe remarcar que la multiplicidad de acciones llevadas a cabo desde distintas instancias estatales y sin un ámbito único de coordinación, lleva, según lo indica la experiencia, a la superposición/ duplicación de acciones y, por ende, a un manejo ineficiente de los recursos humanos y económicos de la sociedad como a un bajo impacto en los resultados esperados.De allí, que parece necesario que el Estado planifique y gestione una nueva política estratégica para estos casos que trascienda los límites de lo inmediato, abordando las distintas dimensiones legales, sociales, económicas, tributarias, etc., en un marco de articulación con todos los actores involucrados, tanto gubernamentales como no gubernamentales. En el actual contexto de emergencia social y crisis del empleo, parte de ese accionar compete a las políticas sociales que requieren tener un perfil de política pública acorde a las posibilidades de organización y generación de ingresos de los sectores más vulnerables, por lo que el Plan Jefes y Jefas se ha convertido también en un recurso de capital de trabajo para estas empresas. En un contexto de mediano y largo plazo, el caso de estas fábricas, al igual que el interés que despierta la pequeña y mediana empresa como generadora de empleo, plantea el desafío de desarrollar políticas gubernamentales que alienten a actividades productivas en función de criterios de viabilidad tanto económica como social ya que muchas de estas empresas tienen una lógica de desarrollo que combina ambos aspectos. Muchos se preguntan ¿Es posible que esta nueva lógica empresaria, centrada en una racionalidad no solo económica sino fundamentalmente social, tenga éxito y perdure en el tiempo? Para muchos, en un mundo globalizado donde predomina la lógica de la acumulación y la competencia, la respuesta pareciera ser negativa. Sin embargo, muchos casos desafían esta regla, como por ejemplo las "empresas de comunión" promovidas en base a consideraciones de índole comunitario, a las que se refirió Stefano Zamagni, en su paso por Buenos Aires. Esto indicaría que, más allá del beneficio para la sociedad de apoyar a aquellas empresas recuperadas que presentan un buen rendimiento económico en el mediano y largo plazo, por la recuperación del capital económico y social que esto representa, está también la responsabilidad de acompañar este proceso con respeto y atención, por las implicancias sociales que conlleva, no sólo por la respuesta que están dando en una situación crítica para muchas familias sino por las perspectivas de viabilidad de una forma de organización económica y social con criterios más solidarios. Este es un desafío importante para la administración pública que debe tomar importantes decisiones sobre el destino de los recursos con los que cuenta para apoyar determinadas iniciativas de la sociedad.*Sara Caputo: Lic en economía (UCA). Candidato a Master en Comunicación Social (UNR). Directora Ejecutiva de Observatorio Social. Secretaria Ejecutiva de la Asociación Argentina de Políticas Sociales.Laura Saavedra: Socióloga e Investigadora Asistente de la Facultad de Cs. Ss. - UBA. / Profesora Adjunta en Estadística - USAL. / Docente e integrante del Comité Evaluador del Programa de Liderazgo Comunitario - Fundación Konex./ Asesora en Políticas Sociales - Vice Jefatura de Gabinete de Ministros de la Nación. Fuente: ObservatorioSocial.com.ar

UBA, Proyectos de Extensión VigenteFacultad de Ciencias Sociales - Diagnóstico social y transferencia técnica a empresas recuperadasPrograma de Investigación sobre Cambio Social (PICaSo), Instituto Gino Germani, Facultad de Ciencias Sociales. Otras instituciones participantesEquipo técnico del MNER (Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas) coordinado por Ignacio Saavedra. Responsables del proyectoDirectores: Prof. Julian Rebón, Prof. Leandro Caruso. Equipo: Participan en el equipo Leila Abduca, Gustavo Antón Berenstein y Pablo Juárez, Jorge Cresto, Julio Ithurburu, Matías Gomar, Laura Bernasconi y Rodrigo Salgado, todos ellos miembros del P.I.Ca.So. DescripciónDesde mediados de la década de 1990, en el marco de una crisis inédita en el ámbito de la producción y el empleo, se comienzan a registrar procesos de rescate de distintas empresas por sus trabajadores. En los últimos años este proceso se expandió fuertemente, en particular a partir de fines de 2001, y se instaló como hecho de importancia en la agenda social del país. En la actualidad, alrededor de 10.000 asalariados se han hecho cargo de empresas con procesos de quiebra y/o importantes incumplimientos del contrato salarial con sus trabajadores. El fenómeno se convirtió rápidamente en un importante atractor social, del cual los ámbitos universitarios no estuvieron ajenos. En este contexto nació en nosotros el desafío de apoyar el desarrollo de esta estrategia de combate al desempleo: a partir de un pedido del Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas (MNER) en abril de 2003 se conformó el presente proyecto, cuyos alcances comprenden, además del MNER, a todos los trabajadores de empresas recuperadas de la Ciudad de Buenos Aires. Objetivos, desarrollo y logros:: Establecer un diagnóstico con el objeto de elaborar estrategias de intervención sobre necesidades de las empresas recuperadas y sus trabajadores referidas a: :: Organización de la producción :: Mecanismos de integración :: Mecanismos de participación:: Condiciones de trabajo :: Condiciones de vida de los trabajadores y sus familias :: Brindar asesoramiento técnico general en la presentación de proyectos socio-productivos y laborales Como parte del proceso de diagnóstico en julio de 2003 realizamos un relevamiento en 17 empresas recuperadas de la ciudad de Buenos Aires. Se utilizaron diferentes técnicas de registro: encuestas, entrevistas en profundidad, registro fotográfico y observación. La encuesta tuvo como objeto explorar las distintas dimensiones reseñadas. Se realizaron en total 150 encuestas, distribuidas entre las distintas empresas. En 2004 se avanzó en el proceso de análisis de la información y se organizaron reuniones preliminares de análisis de información con dirigentes de las empresas recuperadas.Por otra parte, se brindó y se sigue brindando asesoramiento en la presentación de diversos proyectos ante el estado nacional y local. -

de:
http://www.codigor.com.ar/empresasrecuperadas.htm#UBA,

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